lunes, 9 de noviembre de 2009

A los mimos con tos de perro les duele sonreír.

Uno de esos días que Otto pasaba por los alrededores del circo mientras jugaba al yo-yo, se encontró con Annette. Lo primero que le gustó de ella fue la coincidencia de que sus nombres tuviesen la misma letra repetida. Así fue, por extraño que parezca, como el mimo que jugaba con un yo-yo se enamoró de la bailarina con tutú.
Todas las noches, Otto se sentaba en el césped enfrente de la elegante caravana de la bailarina a escribir poesías que hablaban de su piel delicada de porcelana. Aunque ella no sabía que él, en plena nevarada de invierno, la esperaba afuera con su mejor sonrisa de mimo y un ramillete de flores de papel a la espalda.

Annette se fue durante una de las representaciones de Otto. Su carruaje se perdió en medio de la niebla y él no pudo alcanzarla. Pilló una buena pulmonía y perdió todas sus sonrisas de oreja a oreja. Las escupía de golpe cada vez que tosía. Desde aquel día cuando le entra esa tos de perro parece que se le van a romper las costillas. De nada sirven las sonrisas usadas de niños alegres que Sílabo le lleva en una caja de galletas. Ahora, cada noche tras la actuación, Otto se lava la cara para dejar de ser mimo y no fingir que esa felicidad pegada con velcro a su rostro es suya. Se acurruca en alguna esquina de su cama deshecha dentro de su caravana, y con la mirada perdida coge una de las jeringuillas de debajo del colchón. Luego de hacerse un torniquete con el lazo rosa que Annette usaba para recoger su cabello en una cola de caballo, se clava el aguijón de esas abejas de metal en el brazo. Entonces se hace un ovillo sobre las sábanas, y con el yo-yo sobre su pecho, puede dejar de pensar en todo. No piensa en Annette. Ni en su tutú. Ni en la coincidencia entre sus nombres.

20 comentarios:

  1. Las sonrisas de niños alegres pueden ayudar mucho,pero sin Annette es difícil. No es fácil despegarse de las letras repetidas.

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  2. Otto debería meter en esas jeringuillas las sonrisas de Anette para que le llegue derechas a su miocardio y no haya riesgos de perderlas por el camino, entre la niebla. Sería una pena porque seguro que son preciosas cuando se le pase esa tos tan fea.

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  3. joder con Otto... pobrecillo. Anette vivía tan ensimismada que no supo o no quiso darse cuenta de la carencia de sonrisas de verdad que tenía Otto. Espero que Anette vuelva a sacarle de ese agujero en el que lo ha metido.

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  4. Sabes qué?
    Quizá el chico del yoyó no debería dejar de escribir cosas bonitas sobre la chica del tutú. Porque a lo mejor da la casualidad de que un dia se vuelven a encontrar.

    Quien sabe?
    La niebla da y quita sin ton ni son. Y muchas veces regresa lo perdido, sabes?? =)

    Saludos de kiwi funambulista!!

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  5. Pobre Otto. Yo le aconsejo que pregunte por todas partes a ver si alguien sabe donde demonios se ha metido la chica del tutú. Es mucho más seguro que pincharse el brazo cada noche.

    Un beso de piruleta bailarina!

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  6. Cada vez que leo el nombre de Otto me acuerdo de Los amantes del círculo polar.


    Me da pena del mimo, seguro que no se lo merecía.

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  7. Dile a Otto que para curar la tos de perro (la que se te queda dentro y te hace hacer tontadas con jeringuillas) hay que tomar jarabe con sabor a plátano. Luego sin tos todo se ve más bonito y hasta se puede pensar incluso que quizás vuelva a encontrarse con Anette y que no está todo perdido.

    miau
    sonriente
    porque
    le
    gusta

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  8. Anette nunca supo que la letra de sus nombres coincidía, creo yo. Por eso se fue, seguro. Porque uno no se va así como así, sabiendo que deja a una persona con el mismo doblete al suyo. Eso es cosa de la mejor casualidad del mundo, y esas casualidades son las que se tienen que aprovechar. Y nada de perderse con la neblina.

    Otto aprenderá a sonreír otra vez. O se irá a buscar esas sonrisas que expulsó con la tos de perro, quién sabe.

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  9. Pobre Otto, a quien ya ni siquiera las sonrisas de los niños le ayudan.

    Saludos de colores =)

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  10. Otto no debería usar esas jeringas para no pensar en Anette, la mejor forma de hacerlo es seguir adelante. Pero claro, facil no es.

    un beso :)

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  11. Deberías juntar todaas esas historias. Seguir escribíendolas. Me gustan

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  12. A mí también me han dejado abandonado en mi caravana.
    Aunque es cierto que curo mis males emborrachándome de buenas historias.

    Me encanta lo que escribes.
    A mi me ha recordado a los amantes del círculo polar, y a Requiem por un Sueño.


    Sigue escribiéndome,
    quiero seguir ebrio de buenos relatos.

    Saludos
    desde
    pstrangetown.

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  13. esa -t- doble va a hacer que se vuelvan a enconttrar en la ttransversal de una calle, o debajo de un puentte :)) no sé, pero en algún lugar coincidirá su desttino :))) de nuevo!! un besitto :)))

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  14. Otto merece una explicación.
    (Que agradable la música-fondo)

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  15. La tos de perro siempre me ha sonado a muy triste, quizás si Otto logra evitar tenerla, sonreirá más y olvidará sin necesidad agujas ni de perder la sonrisa, olvidar a Annette.

    .un muáh estrellado para tu lugar subterráneo :]

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  16. Yo también quiero un yo-yo que me haga olvidar ciertas cosas y personas. ¿Me lo regalas?

    Un muás :)

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  17. venía a leer que tu bici ronroneaba, pero supongo que aún está en el garaje :))
    buen finde!! :))))

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  18. Pobre Otto. A mí me gustan los nombres con doble 't', como Paulette :) Me saben a galleta.
    Es extraño, cuando la gente quiere dejar de pensar, suele recurrir al mismo método. La falta de originalidad elimina el pensamiento? quizá.
    Un beso !

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  19. Precioso.
    no tiene más palabras =)
    Te sigo, así que no dejes de escribir!

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